Una semana mas y sirviendo como precedente nos pegamos el madrugón para coger nuestras monturas de aluminio y alguna de carbono con dirección al punto de encuentro señalado, la Estación de Seguimiento de Satelites de la NASA de Robledo de Chavela y hora indicada, aunque a alguno se le pego las sabanas y a otros no se si le habrian pegado, pero lo que si se es la pasada que nos dio a toa os... que nos quito las pegatinas de los coches justo en el momento de acabar la autovia y casi pasa la glorieta por el medio.

A las pocos
kilomentros en lo más estrecho del camino, nos encontramos unas oriundas y nos toco lidiar con ellas, alguno más que otros todo sea de paso y durante un par de
kilomentros como poco, porque hubo unos valientes que lo pasaron bastante mal, para pasarlas, es más estaban totalmente dispuesto en darse la vuelta y no me equivoco,
Jose,
Kique y
Robert, os comento y recuerdo el momento en el que se paran las cuatro amigas y se dan la vuelta, miro
pá tras y mis inseparables amigos estaban corriendo en sentido contrario como alma que lleva el diablo,
direis que es mentira.

El día no dejo de tener sorpresa, esta fue otra con la que realmente no se contaba y ni mucho menos
después del tiempo que llevaba sin llover y del pedazo de día que estaba haciendo, es una zona que estaba totalmente enlodado, la cual no era posible dar ni un pedal,

y en la que
había que hacer
auténticos equilibrios para no meter en el barro los pies hasta bastante por encima de las zapatillas,

otros se propusieron quitar piedras a base de rodillazos, sin saber que saldría perdiendo,
preguntárselo a
The Skalator, menudo rodillazo.
Después un poquito de diversión una
bajadita de las pocas técnicas que tiene la ruta, el 95% de la ruta de dificultad técnica baja y física media.

El premio, llegar y sentirse
Felipe II, dirigir aunque solo por unos segundos las obras de nuestro chalet, el Monasterio de El Escorial, divisar nuestro ansiado pico de Abantos, espero coronarlo en
bici nuevamente en breve y como no observar la pequeña cuerda por la que nos llamamos 7picos,

con que
alegría se contemplan las vistas desde allí, no hace falta nada mas que mirar la cara de felicidad que tenemos,

Saludar al un nuevo amigo
Jose Manuel, que no se si volverá con nosotros aunque nos ha prometido
rutilla por la zona en cuanto salga de su
inconvalecencia, pues como quien no quiere la cosa subiendo por uno de los senderos del bosque de la
Herreria a la Silla de
Felipe II se dio un corte en el gemelo con los platos que le ha supuesto 14 puntitos de sutura, han sido tantos porque le han reconstruido el corte que al parecer era feote, pero creo que no se la han quitado las ganas de seguir montando en
bici.

Lastima que saliera
echando leches, él solo, desde el punto más extremo de la ruta, ya es mala suerte...

En la vuelta
después de una buena subida otro poquito de barrito, que como no
habíamos tenido suficiente.
¿De donde coño habría salido tanto barro, era increíble?

Algunos los pasaron montados con mas o menos dificultad, como
Jose que se pensaba que llevaba las chanclas de la playa,
así las tienes secando toda las semana.

y otros lo prefirieron pasar andando ante la
posibilidad de caer, dejar
documentación gráfica y así evitar las posteriores carcajadas de los lectores y de los propios que nos
encontrábamos allí esperando el
resbalón.
En definitiva, otro día mas espectacular, que los que lo vivimos no olvidaremos, y los que no vinieron se lo perdieron,
Saludos a todos.
Fotos: Robert
Texto: Emilio